¿Recuerdas tu primer "no"? Probablemente no, pero apostamos a que llegó muy temprano. De hecho, existe una "edad del no" entre los 18 y 24 meses. ¿Por qué? Porque es el momento en que el niño se afirma como persona.
Un momento a veces difícil para los padres, pero una etapa fundamental en el crecimiento del niño.
Impulsados por el deseo de ser como los demás o adormecidos por nuestras costumbres arraigadas, adoptamos y aceptamos modos de consumo a veces absurdos, a menudo muy contaminantes.
¿Y si tuviéramos el valor de negarnos? Negarnos sin disculparnos, sin sentir culpa.
Negarse es un pequeño gesto alternativo con un impacto positivo. Es una manera de afirmarse, de reafirmar sus elecciones ecológicas y convicciones éticas. Es una forma de decirse "sí" a uno mismo y de estar en armonía con sus propias convicciones. También es el primer paso hacia un estilo de vida cero residuos.
Si esta pregunta se hiciera a varias familias cero residuos, es probable que ninguna respuesta fuera exactamente igual, ya que este enfoque es personal y evoluciona con el tiempo. Cada persona lo concibe a su manera y lo ajusta con el tiempo.
Sin embargo, sin duda, habría ciertos productos de consumo que se repetirían constantemente. Se podrían mencionar los folletos y anuncios repartidos en la calle, los vasos desechables, las botellas de plástico, las pajitas de un solo uso, los envases para la compra de un croissant u otro capricho, o la publicidad no solicitada dejada en los buzones, entre otros.
Por supuesto, no se trata de hacer una lista exhaustiva de lo que hay que rechazar. Renunciar o negarse no nos priva de nuestra libertad.
Las necesidades de unos no son las mismas que las de otros, al igual que lo superfluo para algunos no lo es para otros.
No se rechaza simplemente por rechazar, sino cuando se ha encontrado una alternativa satisfactoria o cuando se considera que es posible prescindir de un producto o bien.
Es, ante todo, un enfoque previo al acto de compra, que nos hace cuestionar nuestras necesidades reales. Es negarse a que la publicidad dicte en exceso nuestras elecciones de consumo. Es tomar perspectiva sobre nuestros hábitos y analizarlos. ¿Solíamos coleccionar imanes para el frigorífico y recuerdos de nuestras vacaciones? ¿Es necesario, imprescindible? Si la respuesta es no, entonces no hace falta seguir ampliando la colección.
¡Rechazar, más fácil de decir que de hacer!
¿Cómo atreverse a diferenciarse y rechazar un acto cotidiano y normalizado? ¿Es necesario justificarse?
La clave es "anticipar". Anticipar los folletos publicitarios no deseados en el buzón colocando un bonito cartel de "No publicidad".
Anticipar los pequeños tentempiés fuera de casa llevando en el bolso un termo para las bebidas y una bolsa reutilizable para la panadería, por ejemplo.
De este modo, podrás proponer una alternativa al panadero en lugar de rechazar de forma abrupta. Y como el planeta es nuestra casa común, nadie debería ofenderse porque te niegues a generar más residuos.
Cuando uno está preparado, es mucho más fácil **rechazar amablemente—e incluso con orgullo—**los envases de un solo uso, tan omnipresentes en nuestra vida diaria que sería imposible enumerarlos todos. Además, comprar a granel evita la proliferación de envases innecesarios y, en muchos casos, permite ahorrar dinero, lo cual siempre es bienvenido.
Muchos comienzan rechazando la compra de botellas de agua de plástico. ¿La alternativa más sencilla? ¡El agua del grifo! Combinada con carbón binchotan y/o perlas de cerámica (a granel, por supuesto), es agradable y reduce considerablemente los residuos del hogar, sin mencionar que evita la carga de transportar paquetes de agua y supone un ahorro económico.
Rechazar es un paso clave, sí, pero es solo un paso. Si se combina con reducir, reutilizar, reciclar y devolver a la tierra, el impacto será aún mayor.
Empieza con el paso que mejor te convenga y ¡disfrútalo!
Al igual que los pequeños mencionados antes, tu primer "no" traerá otros—primero en casa, luego en sociedad. No se trata de un "no" obstinado o sistemático, sino de un rechazo consciente, informado y gratificante.
RECHAZAR: PRIMER REFLEJO CERO RESIDUOS